miércoles, 26 de octubre de 2011

Siete

Empezó mostrandome el colegio por afuera.
—Bueno este es el patio general, acá pueden estar los chicos de primer grado, hasta los de último año—me dijo, mostrándome el patio—. Acá siempre se ve a los chicos que juegan Basket Ball con sus novias, y te recomiendo que si no queres descomponerte, en el recreo largo no vengas.
—Gracias por la recomendación.—le dije riéndo.
—De nada. —dijó sonriéndome, estaba coqueteando conmigo.
Entramos a una parte del colegio
—Esta parte es la de primaria, así que mucho interés no tiene, pero allá—dijo señalando frente a nosotros—. Ése es el salón de teatro y alado, el salón de arte.
— ¿Arte? ¿Aquí se pinta?
—Claro, la señora Valentina Castañeda, es la profe de arte—me dijo Chris, abriendo las puertas del salón de arte 
Parecía una exposición de arte. Las paredes estaban pintadas de blanco. Había taburetes y frente a estos un trípode . En el lado derecho, todos los asientos, tenían una mesa muy chica a la misma altura que el banquito, donde había pinturas, pinceles, lápices y crayones
—Es precioso—dije sentándome en uno de los taburetes.
—Es una actividad extracurricular, puedes anotarte si quieres.
— ¿Enserio? ¡Si claro, obvio que me anotare! —dije feliz de la vida, aunque sea con esto, estaría más tiempo lejos de mi casa.
—Vaya, eres artista—me dijo Christopher.
—Jajaja, se podría decir que si. 
— ¿Hace cuanto? 
—Hace más de diez años—le conté, cruzandome de piernas—. Mi padre se dio cuenta que no era un capricho que me pasara todo el tiempo dibujando y bueno, me llevó a una escuela de arte.
—Vaya, que impresionante, se nota que te gusta.
—Claro, vivo para la pintura—dije sonriendo—. Cuando crezca quiero ser una famosa pintora.
—Y lo vas a ser. —Dijo—.Pero ahora señorita, usted está dando un paseo conmigo, y le tengo que mostrar toda la escuela.
—Claro.
Salimos del aula y me siguió mostrando la escuela.
Después de todo el recorrido tocó el timbre para volver a clase
—Tengo física.—le dije.
—Yo tengo Español, entonces, te veo después.
—Claro, adiós Chris.—lo saludé con un beso en la mejilla.
—Adiós Romance, fue un placer haberte conocido. —cuando dijo, me miro con una mirada tierna.
Empesé a caminar hasta llegar al tercer edificio, donde tenía que buscar la clase de física. Pero como era de esperarse, no encontre la clase y me perdí como siempre. Así que cansada después de haber estado veinte minutos caminando, me senté en el segundo escalón de la escalera, y crucé mis piernas junto y también mis brazos.
Me quedé en esa posición tarareando una canción que había escuchado en la radio. Así que así estuve, cantando  la única parte que me sabía, que era el estribillo.
—Cantas muy lindo—. Dijo una voz atrás mio, y mi corazón se paro por unos segundos.
— ¿Qué haces aquí? 
—Nada, al igual que... tú. —Dijo, sentándose a mi lado.
—Por favor, vete. —le pedí, acordandome de su grandote hermano.
— ¿Por qué estas tan enojada? —dijo sin comprender, y hasta un poco dolido.
—Por... nada—dije nerviosa, parándome de la escalera—. Pero yo... debo irme. 
Después de esa conversación, en la que mi nerviosismo era tan notable, fuí hasta la secretaría donde la señora me dijo donde quedaba el aula de física. Estaba en el cuarto edificio, eso quería decir que tenía que pasar por el tercero, y si me encontraba con Parfait, me iba a morir ahí, no solo del miedo por su hermano, si no de la verguenza. Aparte nose porque me habla y se me acerca. Ni siquiera lo conosco, solo habíamos hablado una vez y fue en clase, y solo por obligación. Capas que intentaba coquetear con migo. Debe pensar que no quiero nada con el. Pobrecillo, si supiera que estoy a sus pies desde que lo vi

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